Lo que parecía un vuelo rutinario en Corea del Sur se convirtió en una experiencia aterradora para los 194 pasajeros del avión de Asiana Airlines, cuando un hombre abrió una puerta de emergencia mientras la aeronave seguía en el aire. El suceso, ocurrido a bordo de un Airbus A321, provocó una violenta corriente de aire que recorrió toda la cabina, dejando al menos 12 personas heridas con síntomas como dificultad para respirar y crisis nerviosas. 2s2h5r
El hecho quedó registrado en videos grabados por los propios pasajeros, en los que se observa cómo el cabello y la ropa de varias personas son sacudidos por la fuerza del viento que entra por la puerta parcialmente abierta. Las imágenes se viralizaron rápidamente en redes sociales y generaron una ola de preocupación en todo el mundo.

Según informó el Ministerio de Transporte de Corea del Sur, algunos pasajeros intentaron detener al individuo, pero no lograron evitar que este abriera la puerta momentos antes de que el avión aterrizara en la ciudad de Daegu, al sureste del país. A pesar del incidente, el piloto logró completar el aterrizaje con éxito, evitando una tragedia mayor.
El pasajero fue arrestado inmediatamente por la policía del aeropuerto, acusado de violar la Ley de Seguridad de la Aviación, que prohíbe manipular salidas de emergencia u otros sistemas críticos durante el vuelo. De ser declarado culpable, el detenido podría enfrentar hasta 10 años de prisión.
Las autoridades aún no han revelado la identidad ni el motivo del responsable, lo que ha generado múltiples especulaciones. Mientras tanto, los heridos fueron trasladados a hospitales cercanos y, según se informó, sus lesiones no revisten gravedad.

Este episodio ha vuelto a poner en debate la seguridad a bordo de los aviones comerciales. Si bien volar es estadísticamente más seguro que conducir un automóvil, eventos como este despiertan dudas entre los pasajeros sobre qué tan protegidos están durante un vuelo. No obstante, los expertos en aviación recuerdan que las aeronaves modernas están diseñadas para soportar fallos y situaciones extremas, y que el entrenamiento de las tripulaciones es clave para manejar emergencias.
Además, tecnologías como el radar meteorológico o el sistema de alerta de tráfico aéreo (TACS), entre otras, garantizan que los vuelos eviten zonas de peligro y posibles colisiones. También existen protocolos específicos para abortar aterrizajes si el piloto lo considera necesario hasta el último segundo antes de tocar tierra.
El suceso en Corea del Sur es un claro recordatorio de que, a pesar del alto nivel de seguridad en la aviación moderna, la conducta humana sigue siendo un factor impredecible, por lo que se requiere vigilancia constante y cumplimiento estricto de las normas a bordo.